jueves, 13 de mayo de 2010

Previously on…SECDBA (capítulos anteriores en seriesyonkis.com)


Temporada 2.

Tras la huelga de guionistas vuelvo a actualizar, básicamente porque estaba desarrollando un sentimiento de culpa considerable y porque el viaje a Georgia de este fin de semana no puede quedar en el olvido.

Y como hoy, 13 de Mayo, no es el día para contar lo que ha pasado desde Enero (culpabilidad, culpabilidad) por este camino de baldosas radioactivas que me tiene hundida la salud (*), empezaré directamente desde Georgia y recurriré a flashbacks si es necesario.

(*) Nota al pie, que no está al pie para que nadie se pierda: Mi visita al traumatólogo cuyo resultado ha sido la escayola que he paseado por toda Georgia tampoco debe quedar en el olvido, pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión, como decía Ende.

El viernes aprovechando que el lunes no trabajábamos cogimos un avión a Tbilisi, capital de Georgia y ciudad a la que en la vida se me habría ocurrido ir si no fuera porque en Kiev nos hemos convertido en auténticos fanáticos de la comida georgiana. Y así es como gracias a los jincalis y a los jachapuris comenzamos el viaje más curioso que he realizado hasta ahora. Realmente quería escribir bizarro, pero la RAE me ha dicho que no reflejaba lo que yo intentaba decir (guiño a los defensores del María Moliner).

No se cómo lo hemos conseguido, pero en este viaje hemos sido apadrinados, financiados y sobreprotegidos por el Cónsul de Georgia en Kiev. Hay que decir que prácticamente ninguna de las 11 personas que fuimos a acabar con las reservas gastronómicas del país conocía previamente a nuestro protector. Ya desde el avión pudimos apreciar que las normas válidas para el resto de los individuos no se aplican a los Cónsules de Georgia (parece ser que si un Cónsul de Georgia ve una película en su portátil mientras el avión aterriza no hay ningún problema de interferencias, como pasaría si lo hiciera una becaria de informática, por ejemplo).

Al llegar al aeropuerto de los carteles rarunos (sí, más rarunos incluso que en Ucrania) nos recogieron más cochazos de los necesarios con sus respectivos chóferes y nos llevaron al hotel que nos había buscado nuestro nuevo mejor amigo. Y, nunca pensé que diría esto, gracias a Dios los conductores y la gente que fuimos conociendo hablaba ruso (porque eso del inglés u otras lenguas con alfabetos normales y gramáticas relativamente sencillas no se estila por ahí). La guía, que por supuesto tampoco tuvimos que buscar, nos comentó que en Georgia tienen su propio alfabeto, sólo entendido por ellos y nadie más.

No se cómo esa misma noche nos vimos en un restaurante rodeados de georgianos sanotes con sus caras rojas de beber vino (la mayoría se llamaba George, debe significar Pasha o Sasha en ucraniano) que nos acogieron con una hospitalidad impresionante.

Imagino que ese día las georgianas tendrían algo importante que hacer porque ninguna tuvo tiempo de pasarse por la celebración. A nadie le extrañó eso de recibir a 12 nuevos invitados a cenar. Lo que no sé si les extrañaría es ver entre ellos a 5 chicas, probablemente sí por la intensidad con la que nos agarraban al bailar mientras cantaba un grupo en directo. Bailar, eso sí que es bailar. Cualquier tipo de movimiento, rítmico o arrítmico, estético o antiestético es válido y no es cuestionado. Y si de camino encuentras algún cuchillo y te lo metes en la boca mientras bailas, mejor. Y si te sobran balas en la pistola que visiblemente llevas, mejor en la copa de tus invitados que en ningún otro sitio. Y si el Tamada (თამადა según la Wikipedia) puede proponer un brindis cada 5 minutos, ¿por qué hacerlo sentados en lugar de encima de las sillas? Y si tienes un cuerno a mano, ¿para qué beber de otro sitio? Y si se puede lanzar una copa hacia atrás y romperla en la cabeza de alguna afortunada, ¿por qué evitarlo? Y por alguna razón en ese mismo momento decidimos que era el momento de irse a dormir…

…y uno de nuestros conductores decidió que la mejor manera de llegar al hotel era ir a la mayor velocidad posible dando vueltas a una rotonda pitando delante de la policía. Si algo tenemos que aprender de los georgianos es a tratarnos los unos a los otros con cariño porque cuando nos pararon el conductor se bajó del coche, le dio un beso al policía y se volvió a subir sin ningún problema.

Al día siguiente nuestra guía nos estaba esperando con el minibús para llevarnos a nuestro siguiente destino, Signagi, pasando antes por algún que otro monasterio excavado en piedra, algún castillo, alguna casa museo donde probar vino y más que algún paisaje realmente impresionante. Por la noche nuestro Cónsul (al que a partir de ahora llamaré Timor Occidental para proteger su intimidad de modo que se pueda confundir con cualquier otro Cónsul de Georgia en Kiev) invitó a un amigo suyo a venir al hotel a tocarnos canciones georgianas. Ni que decir tiene que nos habilitaron sin poner impedimentos una sala en la que pudimos consumir nuestra propia bebida. Además de pagarnos el hotel (total, sólo éramos 13), también creemos que Timor Occidental nos contrató buen tiempo porque según las previsiones iba a llover todos los días y el único día que llovió fue el día que tuvo que dejarnos para irse a trabajar, se le olvidaría llamar.

Y como siempre resumiendo porque empiezo a cansarme, el domingo todo seguía siendo precioso y maravilloso. De camino de vuelta a Tbilisi, después de parar en medio de la carretera para descubrir el auténtico método georgiano de hacer pan y en un restaurante para comer 50 jincalis como los de la foto , otros amigos de Timor Occidental nos invitaron a una nueva celebración, esta vez casera, llena de comida, cuernos, vino, pistolas, líquido verde extraño muy bueno, hospitalidad y hombres georgianos. Esta vez no bailamos porque no cabíamos y fuera estaban enseñando a nuestros amigos a disparar y no era el lugar apropiado, los vasos voladores son más seguros. De nuevo las mujeres debían estar ocupadas. Y aquí rompo una lanza a favor de los hombres ucranianos porque siempre he dicho que su conocida fealdad no es en realidad tal y este país no ha hecho otra cosa que corroborarlo. Y además a los ucranianos sí que les gusta que las mujeres asistan a sus celebraciones (probablemente les guste demasiado).

El lunes Timor nos dejó en manos de la guía y el conductor del minibús, que nos enseñaron Tbilisi y por la tarde nos dieron tiempo libre, como en los viajes del Imserso. Nos sentimos bastante desprotegidos con tanta libertad y nos metimos directamente en unos baños en los que estuvimos 2 horas en un ambiente cargado con olor a huevo podrido y recibiendo literalmente palizas de los masajistas georgianos. Nos quedamos como nuevos y por fin pudimos gastar alguno de los GELES que habíamos sacado y no habíamos utilizado en todo el viaje.

Finalmente, a la 1.30 de la madrugada el Cónsul en un nuevo gesto de hospitalidad vino sólo para acompañarnos al aeropuerto y llevarse las balas que no nos iban a dejar pasar por el control de seguridad, prometiendo que nos las devolvería en Kiev, ya que él puede encender ordenadores durante el aterrizaje y llevar balas en el equipaje de mano. Y cuando se fue, despidiéndose a lo lejos, nos dejó un vacío que ningún otro Cónsul de Georgia podrá llenar.

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Dedicado con mucho cariño a Timor Occidental, sabiendo que nunca lo leerá y que en cualquier caso no lo entendería. Aunque aquí lo deshumanice un poco me ha sorprendido por su personalidad agradable y fuerte que le permite ser diferente conservando su origen.

4 comentarios:

  1. Ese Timor es un crack! y la descripción de la fiesta con cuchillos, cuernos, pistolas, etc. no tiene precio xD
    Se puede decir q os ha cundido el viaje, no?
    Un beso niña!

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  2. Ay qué bueno tu reencuentro con el blog! Lo que me he reído!! Anda que lo habéis tenido que pasar mal!! :D
    Un besito wapi!

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  3. Que pena que no publiques más a menudo, porque me parto la caja con tus historias...
    Un besote amore!!!

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  4. Hola Blanca, me llamo Pablo y voy a ser el siguiente becario informático que aterrize por Kiev. Agradecería si me puedes dar algunos consejos/instrucciones en cuanto a bancos, ropa, donde vivir y cualquier cosa que se te ocurra =o)
    un beso
    ps. mi correo es: elcorreodedonpablo@hotmail.com

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