miércoles, 23 de diciembre de 2009

A casa, a casa, a casa


Ojalá llegar a Kansas (uy! Málaga) fuera tan fácil como chocar tres veces las botas de GORE-TEX del Corte Inglés. Pero como por aquí los chapines colorados están pensados sólo para las ucranianas más hábiles - que son perfectamente capaces de atravesar la nieve y el hielo con tacones - yo me tendré que conformar con coger cuatro vuelos distintos para llegar a casa por Navidad. Por cierto, valiente nombre el de chapines colorados. Definitivamente no entiendo cómo la gente de mi edad ha conseguido evitar hablar como el cangrejo Sebastián.

Bueno, si me veis por ahí es que el taxista habrá venido a recogerme a las 4, en Kiev no se habrá congelado el avión, en Praga no habré tenido problemas para volver a hacer el check-in, en Frankfurt no se habrá cancelado el vuelo como ha pasado esta mañana y no habré perdido el vuelo en Madrid por salir un rato a ver a unos personajillos. O, que algo de esto ha pasado, pero me he apañado para solucionarlo (si es que soy capaz de solucionar hablando en ruso que un avión se congele).

Analizando mis dos propósitos de principio de beca después de más de dos meses resulta que uno está cumplido con esta entrada número 7 y que el otro acaba de ascender a propósito de año nuevo.

Feliz Navidad!

3 comentarios:

  1. ¡Feliz Navidad, guapi!
    Espero que llegases sin percances y que ya estés en tu querida Málaga!!
    Un besoteeee!!

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  2. sebastian, el cangrejo26 de diciembre de 2009, 1:59

    Gracias a tu imprudencia! y a tu negligencia! la fiesta ha sido una auténtica ruina!

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  3. uajo el maaaar!uajo el maaar! vives contenta siendo sirena, eres feliiiis

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